He de reconocerlo, últimamente me está costando escribir más de la cuenta, y no es por falta de ganas... o sí; no sé. El caso es que después de varios meses de sequía blogeril, he decidido que hoy era una buena noche para escribir.
Será que ahora le estoy prestando más atención a la guitarra y aprendiendo nuevos ritmos y nuevos acordes y ya todo el juntaletrismo que me sale, le quiero poner música, vamos, ni que yo supiera hacer eso. Puede también que últimamente escriba menos porque los Vines me quitan tiempo, y mira que son sólo siete segundos, pues ahí ando que no paro, todos los días haciendo el carajote, que siempre lo he hecho la verdad, pero ahora me grabo y todo.
Puede ser también porque llegado el verano a Sevilla, eche de menos la primavera y todo lo que trae consigo, ya que los 40º día sí día también que estamos teniendo pues como que te incitan a a meterte en una habitación con aire acondicionado y no salir de ahí hasta octubre.
Pero estaba motivado en escribir hoy, y reitero lo de estaba porque entre la calor que tengo en el garaje y que las cervezas de la cena me han dejado amamonado, vamos a ir terminando en breve.
El caso es ese, que no se puede poner una ciudad entera de zona azul hombre, que vale que haya que recaudar pero quita de otro lado, seguro que esto lo ha hecho Juaninasio para sacar tajada de los trailers y las caravanas que van a traer los de Juego de Tronos, que las gambas y el jamón no las regalan. ¿O si?...
Pues eso, que si tienes un entrenador malo y tu equipo no juega a nada y pasa lo que pasa, que llega Alemania y te mete el pack de siete salchichas por el precio de una, y claro, luego nos llevamos las manos a la cabeza, y es que hay lo que hay, y Brasil no ha jugado una mierda este mundial.
Pero vamos, que toda la culpa de esto la tiene Pablo Iglesias, hombre por favor de eso que duda cabe; ¿Eso qué es de alabar un régimen como el de Venezuela? Estamos tontos, ¿O qué pasa aquí? Dos guantás bien dás es lo que le hacen falta al chavalito de Pablo Iglesias, y se le acaban las tonterías, que no son pocas.
Bueno, pues eso, que me voy a dormir que aquí ya hace una caló que no se puede aguantar, y a ver si no pasa tanto tiempo hasta la próxima vez. O si. No se, La incertidumbre y la desidia campan a sus anchas por mi alrededor y están siempre al acecho...
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