viernes, 27 de noviembre de 2020

DE BARES Y DE LA FALTA QUE NOS HACEMOS

 El otro día leí un artículo del ABC que se titulaba "Cuestión de gustos", escrito por Rodrigo Cortés; que por cierto, es un personaje del que cada día soy más fan gracias, sobretodo, a los podcasts de "Aquí hay dragones".

En el artículo, el autor hablaba sobre lo que le gustaba y no le gustaba, y comentaba que sin ser muy habitual de los bares, eran algo que sí le gustaba que existieran, y muchos, y sentía la situación hostelera de estos momentos. 


"Por eso me gustan los bares, aunque no vaya mucho. Porque me gusta que estén. Por eso. Para que no todo sean papelerías (aunque me gusten las papelerías, que también quiero que estén). Me gusta lo que me gusta y lo que no me gusta. Como a tantos."



La verdad es que fue un artículo que me gustó bastante y me hizo pensar. Sí, eso que desde siempre se me ha dado tan malamente que diría la de la apropiación cultural. Y como no, me dio por pensar en bares.


Y es que, estoy seguro que hablo en nombre de casi todo el mundo cuando digo que en nuestros mejores recuerdos, en nuestras mejores historias, en nuestros mejores días, siempre hay un bar. 

Ya pueda ser un reencuentro, un mirada, unas risas, unas caricias, un beso... seguro que había un bar cerca de todo eso.

Puede que no supiéramos lo que teníamos o puede que sí, y lo dábamos como algo normal. Y es que, pasan tantas cosas en un bar...

Y lo que nos gusta por estas tierras un bar, ya sea para ir a comprar el pan o ya sea para ir la Hermandad, la parada en el bar es obligatoria, y hombre, si el camarero ya te trata por tu nombre, eso es nivel "PRO". Porque eso que no falte, nos gustan mucho los bares pero también somos muy "especialitos" y nos da por creernos más de lo que somos porque el camarero se sepa nuestro nombre (de lo pesado que nos habremos puesto alguna que otra noche en la que se nos fue de las manos con el vino de naranja.)

Y por supuesto, la visita al bar no se libra ni aunque hagamos algún tipo de práctica deportiva, es más, sé de muy buena tinta que el deporte es la excusa perfecta para ir a un bar. ¿Y lo bonito qué es que sea la una de la madrugada de un miércoles y estar en calzonas con una cerveza en la mano explicándole al dueño del bar que los dos "chiquininos" no pueden jugar juntos porque son los que más corren, mientras el pobre recoge las mesas? Eso no se paga con dinero. Esa felicidad de poder disfrutar de esos momentos, y ni mucho menos está pagado a ese hombre que nos aguanta todas las semanas. 

Que tampoco digo que esto sea verídico, pero que podría haberlo sido. ¿O lo fue?

O la felicidad de estar horas y horas trabajando y que el bar de al lado esté abierto, y el dueño, al verte tu carita de cansancio decida aguantar un poco más para que tú puedas disfrutar de un ratito a gusto, sin más preocupaciones que estar sentado en un taburete en la barra viendo la condensación que se forma en el vaso de caña de cerveza.

Y es que, ¡qué bonito es un bar! Y más aún, si tiene un tirador que marca que la cerveza se encuentra a -2º, entonces ya no hay Botticelli que se le compare.

Como diría Rodrigo Cortés, "me gusta que haya bares", aunque yo sí sea bastante asiduo a ellos, y no me gusta verlos cerrados. Porque ver un bar cerrado es sinónimo de tristeza, de que a alguien le va mal y de que allí ya no se podrá compartir un ratito de felicidad.

Aunque claro, también pasa que llega un día que piensas sólo en la gente de a fuera, esos que te pagan un trozo de pan congelado con jamón plastificado a precio de oro, y cuando los de fuera no pueden venir, se acabó el negocio. Aquí hay que llegar a un punto intermedio, porque no se puede pretender que te echen una mano los mismos a los que no has cuidado.

La cosa pinta regular, objetivamente y sin entrar en temas políticos, eso lo dejo para el pajarito azul, pero sí, está la cosa chunga, y no sólo en los bares, aunque aquí se venga a hablar de bares.

Sólo espero que el esfuerzo sirva para que más temprano que tarde, podamos estar como siempre, como nos gusta estar tanto a los de un lado de la barra como a los del otro, como a los que están los dos; sin mascarillas, dándonos más abrazos con cada copa que sigue apareciendo con los  "¿ya te vas? Si acabas de llegar, ¡pídete otra, hombre!" viendo las cuentas con tiza apuntadas en la barra, los camareros que se saben la carta mejor que su dnis y con un sinfín de historias que quedan por contar. Nos pueden las ganas, a todos, pero hay que aguantar.

Un poquito más... que ya mismo vamos a estar tomando "la penul".

Venga, que ya mismo estamos en Campana.







domingo, 1 de noviembre de 2020

OLOR A CIRIO

Esta mañana, sin saber cómo ni porqué, me ha dado olor a cirio. Así, sin más. Entonces me ha dado por pensar y como no soy muy ducho por esos lares, hasta ahora no he concretado ese pensamiento.

Por estas fechas, lo que suelo escribir trata sobre la pereza que me da la Navidad; el Corte Inglés con su consumismo, el falserío del personal cuando te los cruzas por la calle, que monten las luces cuando el de las castañas todavía va en mangas cortas... no sé, lo típico.

Pero visto lo visto, lo que este año se va a volver a repetir es estar en casa, confinados como en marzo. Ojo, que si eso ayuda a que el sistema sanitario no se "acolarze" que diría Don Manué, bienvenido sea. 

Navidades atípicas las que tiene pinta de que se van a presentar este año; sin fiesta, sin garitos a reventar de gente, sin garrafón, sin chupitos matahígados, sin colas para mear...Visto así parecen todo ventajas. 

Pero bueno, veremos a ver qué pasa. De momento lo único que sé es que esta mañana me ha venido olor a cirio, y yo creo que mi subconsciente quiere decirme algo. Creo que quiere decirme que echa en la falta la primavera, los naranjos en flor, el incienso en cada esquina, ese traje del Domingo, ese niño agrandando su bola de cera, ese "ya se ven los ciriales", una corneta que indica la marcha, el silencio solamente roto por el rachear de las alpargatas, ver a Dios caminar una noche al año y a su Madre cubierta de pétalos de rosa... 

Pues sí, yo creo que mi subconsciente se refería a todo eso cuando esta mañana me dio olor a cirio. La verdad es que no sé cuándo podremos volver a disfrutar de todo ello, pero de lo que sí estoy seguro es de que si no ponemos un poquito de nuestra parte, vamos a tardar mucho más.

Así que como decía el Selu en su chirigota, "como en casa de uno no se está en ningún lado desde luego eh", id tomando nota y que pase esto lo más rápido posible.

Buenas noches. ¡Viva el Betis!

jueves, 6 de agosto de 2020

DEL DÍA QUE TRABAJÉ LLAMANDO A SEÑORITAS DE COMPAÑÍA

Corría el convulso año de 2016. Por aquella época podíamos darnos besos y abrazos como si no hubiera un mañana sin pensar si quisiera que años más tarde eso podría ser motivo de contagio de un virus chino que te manda directamente al hospital sin pasar por la casilla de salida.
En lo que se refiere a mí, me encontraba en paro, y mi cuenta bancaria tenía el mismo color que un guiri cuando pasea por la Plaza de España a las cuatro de la tarde en agosto. Vamos, que tenía menos fondos que una lata de anchoas; así que cualquier oferta que saliera, buena era.
Ya no sabía ni en dónde estaba apuntado, ni de qué eran las ofertas a las que me había inscrito así que podía esperarme cualquier cosa. Como así fue.

Estaba como otra tarde cualquiera, entregando currículums por doquier en cualquier tienda que estuviera abierta de aquel polígono, cuando de repente, sonó el móvil. Era un tío y preguntaba por mi experiencia en concertación y venta telefónica. Añadir, que había estado trabajando seis meses como comercial en Planeta donde teníamos una lista de clientes a los que llamábamos antes de ir a verlos a sus casas y como no se me dio en su momento mal, le dije que sí, que tenía experiencia. Me dijo que fuera a verle al día siguiente. Nada más y nada menos que a Sevilla Este... Ya empezaba la cosa regular.
Después de conocer al "equipo" con el que trabajaría, porque esa es otra, no había entrevista era para decirme que el puesto era mío, que necesitaba un tió para que vendiera una idea novedosa que no se le había ocurrido a nadie.

A parte del tío, estaba su novia o su mujer, o su vete tú a saber porque no me acuerdo y aparte una chavala que era fotógrafa. Y si mal no recuerdo no había nadie más.

La idea del tipo no me quedaba del todo clara, pero tenía trabajo y bueno, algo es algo.

Al día siguiente, llegué a la oficina y me contó la película, y digo lo de película porque esto, ni Ridley Scott.

El tema era el siguiente: El tío a través de la fotógrafa se iba a dedicar a hacerle books a señoritas de compañía pero además le iba a sugerir que se instalara un sistema de "seguridad" para las propias chicas, para cuando estuvieran en faena y tuviesen algún percance, "pulsar ese botón" que se conectaba con el móvil del tío y sugestionar a la persona que estuviera con la chica de que iba a venir "alguien". Todo muy rocambolesco.
Pues mi función era la de llamar las chicas, ofrecerles el book y por un suplemento el tema este de "seguridad" pero sin decir seguridad porque realmente no se trataba de una empresa de seguridad.


¿Y con un esquema o una guía o algo? Nada, el tío me dijo "ahí tienes el teléfono" y en pasión.com tienes miles de números de posibles usuarias.

Y es que era en plan, "oye mira, que si quieres un book por tanto pero por un poco más te ponemos un botón que si te pasa algo tu le das y se conecta con el dueño de aquí para que el que esté contigo se ralle y se vaya cuando te vea pulsar el botón". Muy raro todo.

Pues encima de que la idea no había por donde cogerla porque ni el tío ni siquiera sabía cómo enfocarlo, me dediqué a hacer una especia de guión sacado de mis mejores intervenciones en Planeta. Pero nada, fue infructuoso. El tío se ralló, decía que yo no era lo que se esperaba (ojo , que puede ser eh) y yo le dije que primero tenía que tenerlo claro él. Hasta
la fotógrafa le dijo que había que darle otra vuelta, porque además aquello no era barato y que alguien te escuche hablar de venderle algo por teléfono, tiene un NO de primeras, y más, si no se sabe ni qué es.

El caso es que me pegué todo un día llamando a señoritas de compañía, sin cobrar, porque aún no me había dado de alta y lo peor de todo, teniendo que ir a Sevilla Este.






lunes, 20 de abril de 2020

DE LUNES DE PESCAÍTO, JARRAS DE REBUJITO Y CARRERAS NOCTURNAS

Como está llegando la fecha en la que se debería celebrar la feria, que oficialmente vamos a dejar para 2021, os voy a contar una historia de las que hace tiempo que no cuento por aquí. Una historia de las que diría Paco Gandía, yaverídica.

Corría el año... vete tú a saber, porque no sé si a ti te pasará lo mismo, pero he llegado a un punto en que los días y los años de la feria se me amontonan y ya no sé en qué caseta acabé cantando una noche con micrófonos, altavoces y de , ni en qué año se pensaron que yo era socio de la caseta y no hubo amigo que entrase en ella.

Diremos que esta historia ocurrió hace unos siete u ocho años (creo). Empieza como empieza la Feria, por el Lunes de Pescaíto. Por aquel entonces aún no habíamos empezado a hacer cosas raras con los festivos y el calendario.

La idea era sencilla, una amiga me había dicho que iba a estar con unos amigos en una casa por Triana tomando unas copas antes de ir a la feria. Esta amiga iba con su amiga, que a mí en aquel entonces me gustaba bastante, así que al igual que hubieras dicho tú, dije que sí (del tirón, vamos).

Llegó el día y quedé con un colega que también venía conmigo. Yo iba con la idea fija y él a ver el ambiente que había en la casa (guiño, guiño). Sobre las diez estábamos listos. Unas copas un ji ji un ja ja y para la feria a ver el alumbrado de la portada, al menos ese era el plan. Le escribo a mi amiga preguntando por la ubicación de la casa y no hay respuesta...

Una vez, otra, otra... y nada. Decidimos irnos a cenar algo mi colega y yo; y justo después de comernos una cola tremenda en el Burguer King, cuando estábamos pidiendo, me llama mi amiga, que no se había enterado de nada y que la casa está en tal sitio, que si traeros hielo, que si patatín que si patatán y para allá que fuimos.

Llevábamos manzanilla, hielo y refrescos, así que fuimos bastante bien recibidos en la casa, que estaba muy ambientada de un personal desbordado de sentimiento feriante.

Como no conocía a nadie, salí bastante poco de la cocina. Allí estaba la nevera y dentro de ella todo lo que hacía falta para esa noche y poco a poco me fui entonando.

La hora del alumbrado se iba acercando pero yo estaba más pendiente de acercarme a otro sitio, o mejor dicho, a otra persona, y para ello mostraba todos mis encantos, que a saber cuáles serían. Seguro que le mostraba mis dotes de beber manzanilla, (otra cosa no se me ocurre), creyendo que de esa forma me iría acercando cada vez más a ella.

Mientras tanto, dos amigos llamaban constantemente, preguntando que dónde estábamos que habíais quedado a tal hora que siempre igual, y más cosas que me dijeron sobre que siempre me relío. La hora del alumbrado pasó; lo vi de pasada allí en la casa y recuerdo que pensé "esta gente se va a mosquear" por mis dos colegas que estaban esperando en la feria.

El colega que había venido conmigo a la casa viendo el panorama que yo llevaba encima y la hora que era ya, decidió irse a la feria con un grupo de seis o siete que también se iba de la casa hacia la feria llevándose una jarrita de rebujito para el camino.

Llegados a este punto en el que todo el mundo estaba "agustito", yo intentando meter cuello sin éxito y la gente abandonando la casa poco a poco en dirección a la feria, uno de los chavales que andaba por allí, sale de la cocina mosqueado preguntando por la última jarra de rebujito. Le comenté que mi colega se había ido con un grupo hacia la feria y llevaban una. Se lo dije en plan "quillo, la última se la han llevado esta gente, no te ralles, ahora vamos a la feria y te hartas". Pues le entró un siroco y salió pitando de la casa en busca de aquel grupo.

Todo el mundo dentro de la casa desconcertado, pensando verás tú que se lía, especialmente su novia y su amigo, que medía casi como yo de alto (cerca de 1'90) pero estaba muy bien alimentado, por lo que era un bigardo considerable que podía haber participado en el Pressing Catch si hubiera querido sin problemas.

A los pocos minutos aparece el chaval a la ventana de la casa, medio llorando con la camisa partida diciendo que se la habían roto y no sé qué más porque no lo recuerdo. La novia intenta tranquilizarlo diciéndole que vuelva a entrar en la casa y el tío va y se va otra vez en busca del grupo ese. En ese momento sale detrás de él su novia, el amigo bigardo y yo que estaba viendo como al final le partían la cara a mi amigo y no era algo que entrara en mis planes de esa noche.

Yo iba corriendo por las calles de Los Remedios detrás del bigardo "a rueda", intentado pisar por donde él pisaba porque yo no estaba para correr a esas horas y en ese estado... 

Mientras corría, intentaba llamar a mi colega para avisarle de que iban en su dirección Vegeta y Nappa con muy malas intenciones. Estábamos llegando casi a la altura de la Calle Virgen de Luján cuando veo al fondo que hay un revuelo y digo "ahí es, ya le están partiendo la cara a mi amigo" y justo en ese momento me coge el móvil. Imagínate la escena. Estoy corriendo por una calle hablando por el móvil y a cincuenta metros hay una pelea. Le digo que iban para allá uno con ganas de pelea y que el amigo va también; y me dice "ya, ya, yo me he quedado en una esquina con las chavalas". Me da por mirar a la izquierda y efectivamente en la esquina de la acera de enfrente me lo veo hablando por el móvil con tres o cuatro chicas vestidas de flamenca mirando en dirección hacia la zona del conflicto.

Como yo ya iba con la inercia, no se me ocurre otra cosa que decirle (todo esto sin dejar de correr) "espérate ahí que ahora vengo". Iba a intentar que el bigardo no mandara a García Morato a más de uno, y mira que lo intentó, porque nada más llegar a la altura del parque que está en la Calle Virgen de África, el bigardo pulsó todos los botones del mando saltando y pegando puñetazo y patada a la vez buscando un COMBOx4 para eliminar al oponente estampándolo contra un coche y buscando un siguiente rival. El que estaba en el coche parecía que quería ir a buscarlo de nuevo pero lo enganché del cuello de la camisa y le dije "he venido a separar, tate quieto ahí".

Por otro lado, el que había originado todo, estaba ya sin camisa, desatado buscando a los responsables de que lo hubieran dejado sin la última jarra de rebujito en la casa, que hábilmente usaban los coches para que el loco éste no los alcanzara. La novia del muchacho sin camisa también se había metido en medio, quitándose los tacones y golpeando en la cara con uno de ellos a la novia del que parecía el lider de la revuelta rebujitera.

El bigardo seguía a lo suyo, tío que cogía, tío que intentaba estampar y que yo intentaba separar, y cuando lo conseguía se iba a buscar a otro.

sábado, 4 de abril de 2020

Y COMO QUIEN NO QUIERE LA COSA...

Tal y como dice el título, como quien no quiere la cosa, la espera se acabó. Hoy Viernes de Dolores, ya Sábado de Pasión viendo las horas que son; la época más bonita del año llegó sin hacer ruido, nunca mejor dicho.

Probablemente vayamos a vivir la Semana Santa más extraña de nuestras vidas. Una Semana Santa en la que no nos va a hacer falta meternos en la página de AEMET ni preguntarle a nuestro colega de Huelva cómo viene por allí el cielo por si aparece la lluvia o no.

Era un secreto a voces desde que apareció lo del Coronavirus que no iba a haber Semana San... un momento; que era broma, hombre, que Semana Santa SIEMPRE va a haber; otra cosa es que salgan las procesiones a la calle, que como iba diciendo, va a ser que no.

¿Y qué le vamos a hacer? La ciudad más bonita del mundo se queda sin su semana más grande. (Se va a quedar sin más cosas, pero de momento, vayamos por partes). Y es que es así; yo lo siento por otras ciudades, pero cuando la primavera visita Sevilla, eso, eso es otra cosa... no se puede comparar con nada. Ese brillo, esa luz, esos aromas, esa vitalidad de la gente, esas ganas de vivir la calle, tan falta estos días. ¿Y por qué no decirlo también? Esas croquetas de Casa Ricardo, esas pavías de El Rinconcillo, ese adobo, esos montaditos de pringá, ese bacalao con tomate, esos garbanzos con bacalao, ese bacalao con... lo que sea, porque el bacalao la verdad es que va muy bien con .

Pues así es. Nos vamos a quedar sin todo eso, sin esas cositas tan nuestras. Tanta gente esperando durante un año, desde artesanos, costureros y hermanos, hasta hosteleros y hoteleros,  para que tenga que venir un virus chino a fastidiar. No tenían bastante con las sillitas por lo que se ve. 

Y no nos queda otra que quedarnos en casa. Cuanto mayor sea el esfuerzo, más pronto llegará la recompensa. Pero ojo, que eso no nos impida vivir la Semana Santa; coger el incienso e impregnar todo el salón, enchufar la televisión o internet durante todo el día y preparar unas tortillitas de bacalao y unas espinacas con garbanzos ¡oh! que quitan el sentío

Porque nos duele no poder disfrutar de las hermandades en la calle y de ver todo el trabajo que han realizado durante meses para poder lucirlos por las calles de Sevilla pero como dice el dicho "la procesión va por dentro", y este año de la casa no van a salir.

Sin más, me voy a ir despidiendo ya, que además tengo que planchar el traje nuevo que estreno este año para el Domingo Ramos. Así que quedaos en casa y muy buena Semana Santa a todos.

domingo, 29 de marzo de 2020

TEORÍA DEL IDIOTISMO NO ILUSTRADO


Si has seguido este blog con asiduidad, sabes que en punto de terminado aparecieron un par de entradas con el título de "Teoría del paquetismo ilustrado" y "Teoría del gilipollismo ilustrado"; y si no lo sabes, pues ya sí.

Ambos textos escritos sin más pretensiones que las de comentar una serie de situaciones empíricamente vividas pero que podrían resultar muy parecidas o coincidir en algunos aspectos con las de otras personas.

Años más tarde, olvidadas esas entradas y todo lo que a ellas concernía, cuál es mi sorpresa al entrar en el blog y ver que alguien, un sujeto anónimo, había dejado un comentario en una de ellas pidiéndome que escribiera sobre el "Idiotismo no ilustrado", dejándome un poco perplejo con la petición, la verdad, todo sea dicho.

Y meses más tarde, aquí estoy, empezando esto sin saber muy bien cómo va a terminar o ni siquiera saber cómo va a seguir después de aquí.

Llegado a este punto, me surgen un par de dudas (realmente más pero sobre todo, dos). La primera. ¿el idiota es la evolución del gilipollas o por el contrario está a camino entre el paquete y el gilipollas? Y aún resolviendo ésta ¿Cómo no "se ilustra" una teoría? Bien, después de haberlo meditado casi diez segundos completos, voy a dar mi visión.

Llegando a la conclusión de que tanto el ser paquete como su evolución el gilipollas, están en el adn de la persona, lo llevamos dentro, y por mucho que queramos ponerle remedio, tarde o temprano, ese adn va a florecer. El idiota sin embargo lo asimilo más como a una actitud y os preguntaréis por qué, y además muy bien preguntados. Pues principalmente porque esta es mi teoría y la defiendo como quiero o como me la vaya inventando sobre la marcha.

El idiota puede darse en todas las fases, pero a mayor idiotismo, mayor probabilidad de que aparezcan las otras fases. Si eres un paquete y además idiota, tardarás menos tiempo en convertirte en gilipollas que uno que sea menos idiota.

Ademas ¿por qué no es ilustrado? muy sencillo, por su propia naturaleza no genética. Es decir, al no ser parte de un individuo no puede ser algo objetivo que está o que no está. Al ser un tipo... ¿cómo llamarla? Actitud. Es más regulable ya que esa actitud o idiotismo ante las fases será, como se ha comentado anteriormente, la que acorte o alargue el camino hacia el paquetismo o el gilipollismo.

Espero que al solicitante de esta teoría le agrade que le haya respondido a su petición, porque no creo que sea capaz de hacer otra. Ya si le gusta o no, lo dejo a su criterio.

Buen@s... lo que sea.

martes, 17 de marzo de 2020

CUARESMA DE CUARENTENA... O AL REVÉS

Bien entrada la madrugada, el silencio. Ese silencio que me invita a escribir aunque sólo sean unas pocas letras...

¿Qué Cuaresma más extraña, verdad? Lo que debería ser un día a día de lo más ajetreado en la ciudad, se ha quedado en un vacío difícilmente recuperable en otra fecha del calendario. Porque las cosas como son, es en esta época donde Sevilla luce con más esplendor y donde se vive un ambiente, por llamarlo de alguna manera, "especial"...

Pero nada, este año no hay Cuaresma, ni procesiones por la calle en Semana Santa y la feria en septiembre. Y os digo una cosa; tampoco pasa ná eh. 

A ver, me explico. Que pasar si pasa, que el virus ése está haciendo más daño de lo que parecía en un primer momento, pero a lo que me refiero con lo de que no pasa ná, semanasanteramente hablando, es que este reseteo nos puede venir bien. Al menos así lo veo yo.

Hemos llegado a una sobresaturación en el mundo cofrade totalmente excesiva. Cuentas de Twitter que sólo buscan el morbo o hacen noticias de cualquier nimiedad. Gente que se cree moralmente superior a otras por pertenecer a una banda en particular o una Hermandad de renombre. Músicos con un ego mayor que la Giralda que no aceptan la más mínima crítica, y "críticos" que sólo buscan hacer sangre.

¿Y todo para qué? ¿Para tener más seguidores? ¿Para entrar a formar parte de la Junta de una Hermandad? No sé, no entiendo nada. Creo que se nos olvida lo más importante.

Nos olvidamos de para qué se realiza todo, los ensayos de bandas y cuadrillas, de limpiar plata, de bordar y de montar el paso... de TODO. Todo se lleva a cabo para que cuando llegue la Semana Santa se representa la vida, muerte y resurección de Jesús como sólo Sevilla sabe hacerlo.

Pues nada, alguno piensa más en su ego que en lo que de verdad importa.

De ahí que piense que este confinamiento nos pueda venir bien. Que hagamos retrospección y pensemos en las cosas mejorables que podemos hacer en la Semana Santa y dejemos las riñas los unos con los otros porque al final, a todos nos mueve lo mismo. Nuestra pasión por la Semana Santa.

Sin más, me despido recordándoos que en la medida de lo posible no salgáis a la calle y que en casa también se puede rezar, y que a pesar de que nos quedemos sin Semana Santa, los Titulares de las Hermandades que tanto profesamos, siempre están esperándonos durante todo el año.

miércoles, 26 de febrero de 2020

VOLVER A TI

Así, pasito a pasito, sin correr, sin prisas… de lleno en la Cuaresma. Qué pesado soy, lo reconozco; escondo entre piropos hacia ti lo que realmente es una falta de creatividad juntaletrista galopante. Me falta el ingenio de antaño y lo compenso con alguna que otra letra que refleje tu belleza, porque a día de hoy sigues siendo mi musa preferida. Por no decir la única.

Ya sé que son muchos años oyéndome decir lo guapa que estás cuando va llegando marzo y el azahar empieza a florecer, y huele a incienso en cada esquina, y en el cielo no hay ninguna nube, y se empiezan a montar las sillas y los pasos en las hermandades, y las madres van con sus hijos pequeños a comprarles ropa para que estrenarla el Domingo de Ramos y, y, y… todo.

¿Sabes una cosa? A veces pienso que me gustaría no haber vivido nunca una primavera o una Semana Santa tuya y poder experimentarlo todo de nuevo por primera vez. Luego lo vuelvo a pensar (con lo mal que a mí se me da pensar), y prefiero que no; que sabiendo cómo es, me gusta, aún si cabe, cada año más y más.

Pienso en no poder tenerte y estar contigo y me falta el aire, me ahogo, no puedo respirar. Soy como ese animal enjaulado en el zoo que ansía la libertad. Y mi libertad eres tú.

Cuando todo está mal, cuando las cosas no salen como deberían, cuando sólo se amontonan los problemas, siempre estás, esperando pacientemente para consolarme. Porque por muy mal que vaya todo, sigues ahí.

“Volver a ti” como se titula esta entrada es la mayor expresión de amor que te puedo ofrecer hoy, Sevilla, en este Miércoles de ceniza de 2020. Aunque “volver” signifique regresar de un sitio y yo, nunca me he ido ni nunca me iré.

Se me amontonan las ideas al igual que las palabras y los sus sucesivos párrafos de todo lo que te quiero decir. Así que no diré más, tú y yo sabemos lo que siento por ti desde que un día pensé que sólo estaba yo. Ingenuo de mí. 

Me tranquiliza la idea de saber como ya he dicho antes, que vaya como vaya todo, siempre podré contar contigo y podré volver a ti como he hecho durante toda la vida.

Siempre tuyo.

jueves, 20 de febrero de 2020

Y AHORA EL INCIENSO

Acaba de ser publicado el conjunto de agrupaciones carnavalescas que participarán esta viernes en la Gran Final del Falla; y la verdad que salvo alguna sorpresa aislada, era lo que me esperaba. 

Pero no sé si será porque este ha sido con diferencia de los últimos diez que menos he podido ver Carnaval, o que llevamos un febrero de lo más primaveral o qué sé yo, pero sentimiento "semanasantero" que diría aquél, cada día que pasa se hace mayor. 

Tengo ganas de Cuaresma. Aún recuerdo cuando el Miércoles de Ceniza del año pasado empecé a escribir una entrada y no la terminé hasta verano... Tengo ganas de pasear por callejuelas y rincones y oler el azahar y jazmín; girar por una esquina y que una bocanada de incienso te transporte de repente a otro lugar, aunque bueno, en la Calle Córdoba, eso no va a volver pasar.

Y es que desde el ayuntamiento se ha decidido que no hay motivos para renovarle la licencia a la familia que desde hacía más de treinta años regentaba el puestecillo. Una pena, otra muesca más en la Sevilla que está convirtiendo Espadas. Una Sevilla fría, sin carácter y enfocada al que viene a dejarse el dinero de fuera. Ojo, que eso está muy bien, que hay que intentar que los comerciantes hagan dinero y prosperen pero no a costa de la esencia, y un puesto de incienso en una calle estrecha del centro, lo es.

Y así trascurren los días, entre la ilusión de volver a vivir Sevilla en su máximo esplender de color y belleza y la resignación de ver como cada día que pasa se vuelve un poco menos Sevilla y un poco más guirilandia.

Reitero que así es como yo lo veo, que lo mismo hay otras personas a las que les parece muy bien la gestión actual. Ni tengo el placer de conocerlos ni el interés tampoco. 

Y ya me voy  a ir yendo, despacito, sin correr, con el izquierdo por delante... y como este año vea/escuche a un guiri aplaudir la recogida del Cristo de Burgos, sí que me voy a enfadar del tó. 

lunes, 13 de enero de 2020

A JUAN CARLOS

Acaba de comenzar el año y como no podía ser de otra manera ya estoy pensando en el Carnaval. Para la gran mayoría de aficionados a los que nos apasiona este mundo, nuestro Día de Reyes es el primer día de preliminares.

Aunque no te negaré que este año estoy un poco menos motivado, más pasota, podríamos decir; al menos ahora mismo, día 13 de enero. Probablemente cuando se abran cortinas, esta desidia desaparezca, pero de momento es así.

Y creo que no es para menos. Puede que estas letras lleguen un poco tarde a pesar de que llevaba tiempo queriendo decírtelas, pero no encontraba el momento ni las palabras adecuadas para ello.

Te marchas y creo que no eres consciente del vacío que dejas. Sé que podría hablar en nombre de muchos, pero hoy sólo lo voy a hacer en el mío.

Y es que no me avergüenza reconocer que yo a día de hoy, escucho comparsas gracias a ti.

Nunca he sido radical en lo que a expresiones artísticas se refiere; y el Carnaval nunca ha sido una excepción. Me gusta todo en mayor o menor medida; no soy del equipo de nadie pero no puedo negar que con tus agrupaciones me costaba ser más objetivo. Y eso que políticamente, ideológicamente y religiosamente, entre otras muchas más cosas, no podemos ser más diferentes. 

Puede que eso sea lo bonito del Carnaval, apreciar y valorar el trabajo de un autor independientemente de como piense cada uno.

Cómo te voy a echar de menos. Puede que esta frase te suena de cuando te la dije hace unos años. Tú estabas enfadado con el concurso y con todo y yo me había saltado un curso para ir a la Plaza Nueva a que me firmaras "La chusma selecta". Me dijiste que ese año sería incluso mejor y en mis adentros, no te creí; sabía que iba a faltar "algo" en ese concurso. Tú debiste sentirlo también porque al año siguiente volviste renacido cual ave fénix sabedor de que nunca más volverías a dejar de cantar en tu templo.

Me despido con la esperanza de que este año se hagan los homenajes justitos. Que no hay nada que le guste más a los autores que una tragedia para buscar el aplauso fácil, pero bueno, eso ya lo sabes tú de sobra.

Al final la muerte se aburrió y te fue a buscar...




Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...