martes, 23 de enero de 2018

ANDALÚ

Tenía ganas de escribir sobre la tierra, Andalucía, sobre el andaluz, sobre la manera de ver las cosas que tenemos. Y la manera que tienen de vernos a nosotros...

Cualquiera que me conozca mínimamente sabe, que las Comunidades Autónomas me parecen un gran atraso que impiden que podamos avanzar como ciudadanos en todos los sentidos; hacen que las diferencias sociales y políticas vayan aumentándose poquito a poquito. En particular, Andalucía; que  siempre ha sido históricamente una región abandonada y denostada por España; esa España que reniega del hijo que no es como su padre, irónicamente no consigue "algo" de identidad propia hasta la aprobación del Estatuto de Autonomía de 1981. Desde entonces el "socialismo" ha gobernado Andalucía con politicuchos de tres al cuarto convirtiéndola en su cortijo, haciendo y deshaciendo como les venía en gana, dejando nuestra tierra hecha un solar.

Cuando más allá de Despeñaperros nos llaman "catetos", y elecciones tras elecciones vuelve a salir el PSOE, no me queda más remedio que agachar la cabeza y darles la razón. Cuarenta años mangando y y los seguimos votando. Somos unos porejitos sin remedio.

Diferente de la política y de volver a tropezar una y otra vez con la misma piedra, está nuestra idiosincrasia. Aquella que nos hace ser un puntito (o dos) diferentes al resto de España, aquella que hace que los extranjeros (mejor llamados, guiris) vengan, prueben el vino y ya no se quieran ir. Esa que sólo nos quita la sonrisa de la cara cuando nuestro equipo pierde o la cerveza está caliente (o es Mahou). Toda nuestra manera de ser nos lo da el clima. Tantas horas de sol y de buen tiempo hacen que estemos más tiempo en al calle que en casa, que seamos gente social, que nos encante estar "parriba y pabajo", de ahí que nuestra forma de hablar sea como nuestra forma de vivir, rápida y aprovechando al máximo todo lo posible.

Tenemos una riqueza lingüística que hace que podamos decir muchísimo con muy poco. Que nos bailan las "jotas", las "ces" y las "erres" como en "Sergio" que no la solemos pronunciar, pero ¿qué hacemos? si nos tocan las palmitas y nos ponemos a bailar. ¿Que nos comemos las "eses"? También es verdad, pero cuando el puchero no trae pringá, de algo tendremos que tirar.

Cuando de extramuros, es decir, de Sierra Morena para allá, nos llaman analfabetos cuando de nuestra tierra han salido grandes literatos como Lorca, Machado, Aleixandre ... dan ganas de tortearle la cara al que sea con un ejemplar de la antología de La Generación del 27. Y más aún cuando lo dice algún "ilustradillo" que confunde las "des" con las "zetas" o hace del laísmo su forma de vida.

Que nos vengan a dar lecciones cuando, hace tres mil años ya se hablaba en el sur mientras en el resto de España seguían los conejos saltando de árbol en árbol.

Que somos flojos, vagos, que solo valemos para la fiesta y para gastarnos el dinero que el resto de comunidades consigue con su esfuerzo... Sandeces. Sandeces de personas que no saben disfrutar de la vida más allá del trabajo. Porque aquí, si estás diez horas metido en un bar trabajando sin parar y cuando sales hay feria, se va, y al día siguiente lo mismo, porque todo no es trabajar. (Así estuve yo la última feria) ¿Qué pasa? Que sólo se ve la fiesta y más fiesta, pero los que se lo pueden permitir sin trabajar son los menos; el resto de los mortales nos lo tenemos que currar, y mucho. Y tiene un pase cuando lo dice un tío de la calle; es su opinión y se la respeto aunque no se comparta, pero cuando es un politicucho (sí, para mí son todos politicuchos) de Barcelona, de Madrid, de Valencia o del coñ... donde sea, es que te hierve la sangre como cuando ves que tu colega le quita el pimiento al serranito. No se puede tolerar.

Nunca dejan de llegar aires de críticas al sur, en esta ocasión le ha tocado a la serie "La Peste". Que no se entiende el acento dicen, que no se entiende, pero como se comentaba por Tuiter, el acento sevillano no pero el colombiano o venezolano de "Narcos", sí. ¡Tócate los cojones!

Que pena que no tengamos en Andalucía un figura que nos represente y nos defienda ante estos continuos ataques provenientes de extramuros, mientras otros se gastan el dinero público (nuestro dinero) en traductores e intérpretes para el catalán, el euskera o lo que he visto últimamente el bable.

Menos mal que siempre nos quedarán nuestros artistas, que no son pocos. En estos tiempos convulsos, son ellos los que no callan ante las críticas y el maltrato que sufre el andaluz. Manu Sánchez por Tuiter es un claro ejemplo de ello.


Otro ejemplo son los carnavales de Cádiz, como no. Para lo bueno y para lo malo ahí están, y los autores se mojan, anoche mismo Juan Carlos Aragón se estrenaba en el concurso con una letra a Andalucía  y el poco caso que nos hacen desde el norte. También Antonio Martínez Ares, que no solo le dedica a su tierra una letra, sino toda la comparsa. Su nombre "El Perro Andalú", en la que reivindica que somos más que los bufones que nos quieren hacer ver en el resto de España, y que no estamos en el mundo solo para complacer a nuestros amos de arriba.

Esto es inútil si no nosotros mismos no somos los que decidimos que debemos dar el paso y acabar con esta careta que nos tienen puesta...

Otro día, con más calma, hablaré de la música andaluza, que dentro de la música, es música y a parte, pero eso ya, es otra historia. Disfrutad con la última cuartea de "El Perro Andalú"









"Cuidao, cuidao conmigo, que vengo que muerdo, que vengo que muerdo". Antonio Martínez Ares.

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