"¿Unas pipas?" Que frase más tonta ¿verdad? Más tonta y más simple, vacía de significado más allá de ir a comprar un paquete de pipas con alguien y comérselo. Un fruto seco con el que estar entretenido en los partidos de fútbol, por ejemplo, con los del Betis de este año en donde no jugamos ná.
Pues para mi, esa frase tiene un significado que va más allá del tenor literal de la frase (que dirían los mercantilistas). Lleva años implantada en mi círculo más cercano y nosotros nos entendemos cuando se trata de "pipas". Porque no todo el mundo es capaz de estar en un banquito a altas horas de la madrugada comiendo pipas y charlando de todo y de nada al mismo tiempo. Es nuestra, por llamarlo de alguna manera, "Terapia Low Cost". Es la manera que tenemos de soltar las paranoias que nos rondan por la cabeza en el día a día.
No voy a dar nombres ni ná porque no me gusta y ellos saben de sobra quienes son. Tener gente cerca con la que se pueda contar de esta manera, no hay dinero que pueda pagarlo. Vaya esta entrada como homenaje y agradecimiento a esos nocturnos comedores de pipas.
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