Que hay gente por el mundo extraña, o rara, o esperpéntica o como lo queráis llamar, no es ninguna novedad. Su manera de comportarse a diario hace que se le califique de esa forma Y los sevillanos, por descontado entramos dentro de ese grupo.
Y es que es así, estamos mu locos; porque somos como somos y nos dan igual las condiciones que se den, nosotros somos así. Y aunque esto a priori pueda parecer un planteamiento más complicado que ver a un chino cantando bulerías de Jerez, ni mucho. Por supuesto, todo lo que se vaya comentando ha sido comprobado desde un punto de vista empírico, y a pesar de que pueda parecer extraño; no. No se habla de cerveza. Si, yo tampoco me lo explico.
Hace calor, bastante calor, es un hecho objetivo, todo el mundo puede ver el termómetro del Puente del Cachorro con 46º día sí día también. Pero nosotros somos así y nos da igual tó. Y no lo digo sólo por salir a tomar unos refrigerios, que eso por descontado, sino también porque hay gente por las tardes HACIENDO DEPORTE con el Señor Lorenzo a pleno rendimiento. 41º o 42º rondando las ocho y media la tarde y gente corriendo o paseando en bici como tal cosa, total, si cuando estamos en feria y a pesar de que los termómetros ronden los 40 grados, nos ponemos trajes de chaqueta. Me se de muchos que en el momento que el termómetro del Parque de Los Príncipes baje de 40º se ponen una rebequita... Somos raros, y eso es lo que hay.
Y no sólo las personas tenemos este "toquetazo" dado, los animales, especialmente las aves, también están un poco cogías. Ya en su día hablé de lo flojas que eran las palomas sevillanas, hasta que no notan el caucho del neumático de la bici en la cara, no se mueven, y eso que pueden volar las joías, pues nada, ellas a quedarse empantalladas y de mientras tu pegando bandazos para no atropellarlas. Bien, pues recientemente observé que a los pajarillos de la Avenida la Constitución les da por entrar en los bares, pero no en la puerta a ver que hay, que va, sino hasta el fondo. Ellos cogen, se posan en el suelo, se dan una vueltecita y que no encuentran nada, pues a volar a la calle y al ratito repetir el proceso. A los espabilaos por lo que se ve, no se les dice "pájaros" por casualidad.
Y ya para rematar esta entra veraniega de verano, nos vamos al Alcázar y a los pavos reales que allí habitan. Está comprobado que están más que acostumbrado a que individuos de todas partes del globo les hagan tonterías para que se muevan mientras están tumbados en los jardines echando su siesta, pero ya verlos pasearse por la terraza de la cafetería como si del camarero se tratase, me parece algo fuera de lo normal, no sé, lo mismo soy yo y eso es lo más normal del mundo aunque yo tuviese entendido que las aves salen volando/corriendo cuando ven algo que más grande que vaya hacia ellas...
En Sevilla, quien no está loco, lo están buscando y encima para colmo, un grupo bastante numeroso de personas se dedica a comprar camisetas de su equipo de madrugada. Estos béticos... ;-) Ya sin más me marcho a seguir con el aire acondcionado puesto a -14º. Venga asutede.
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