En el corral del Conde, hubo pelea, y ya no se ni porqué empezó, decía mi tío Paco mientras bebía un sorbito de manzanilla, de la que podía ser fácilmente, su cuarta copa. Sólo recuerdo, seguía diciendo, con su retahíla habitual de cuando la manzanilla ya le empezaba a subir a la cabeza. Retahíla que no me cansaba de escuchar aunque ya la hubiera escuchado miles de veces...que montada en unos enganches señoriales llegaba emperifollada la Infanta María Luisa ni más ni menos, con su habitual porte de niña bien pero más enfadada de lo que acostumbraba a estar por esas fechas.
Y es que, escúchame sobrino, no le cabía en la cabeza cómo en la boda de la alondra, como tu sabe que a ella le gustaba llamar a su prima María Cristina no iban a servir gamba blanca de Huelva, y que porque su prima fuera alérgica no tenía que que dejar al resto de invitados sin comerlas. Pues estaba la niña con un mosqueo más grande, que el negro del paso de San Gonzalo cuando empieza a llover y tapan a todos menos a él. Pues así.
Como aquella vez sobrino, que iba yo paseando por la Plaza Nueva
camino del Arenal, ¡Ay! Arenal de Sevilla, ¿qué haría yo sin ti? Que me gusta ver pasar la vida sentado en mi casapuerta, y con.. ¡niño!, que me lio. Pues eso, por la Plaza Nueva, en aquella Sevilla de mi niñez, camino del Arenal con los recuerdos de mi patio de la noche anterior donde habíamos dado una fiesta con cante, baile y de tó, cuando de repente, casi me atropella el tranvía, que susto me dio chiquillo. Aquel tranvía me había metido tal miedo en el cuerpo que cuando llegué al Arenal, seguí caminando rumbo a la otra orilla, a las tabernas de Triana, a ver si bebiéndome un vinito, y comiéndome una pavía se me pasaba el susto.
Porque tu sabes, sobrino, que para mi Triana es mi segunda casa, ¿Yo te he cantado alguna vez eso de "Sevilla tu una niña y le pusieron Triana" no? Claro que te lo he cantado y sino, luego en la caseta te la canto otra vez, porque no puede haber un barrio que tenga más duende por más catavino cuadrado, y eso, se nota namás pasar el puente, sobrino, tu hazme caso a mi.
¡Ay sobrino! Que me gusta Sevilla niño, no se vivir sin ella. Te lo digo enserio, no se estar lejos de Sevilla ¿Tu sabes lo que yo tengo puesto en mi contestador para cuando me llaman? -No, le dije sabiéndolo perfectamente- Pues mira, esto es lo que suena cuando me llaman y no lo cojo... "Caminito de Jerez, me acordé de la Giralda y me tuve que volver." Y es que así... Añoranzas sevillanas, que se le podría decir cada vez que tengo que salir más allá de Los Remedios.
Por cierto niño, hablando de Los Remedios, vámonos pá la feria que ya nos están esperando tus padres allí, y como lleguemos tarde, verás tu la que nos va a liar tu madre, y no sólo eso, que como a tu padre le de un avenate se come la tortilla de toda la caseta y parte de la vecina; así que coge la chaqueta, ponte el clavel y para la Feria, sobrino.
Esta historia es pura invención, cualquier parecido con la realidad es simplemente las ganas de bailar y beber que tienes ;)
No olvides que todo lo de este color es un enlace a un vídeo...
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