Como es normal, en este periodo veraniego, el blog está más parado que de costumbre; y no es porque esté ocupado yendo de un sitio a otro porque no es así, simplemente la motivación no viene tan a menudo como debería.
Pero el otro día encontré el tema que necesitaba para volver a escribir. Desde el primer momento no me gustó la idea y esperé que la rechazasen pero no fue así.
Y es que, mirando desde el Aljarafe a Sevilla lo primero que se ve es la Torre Pelli; un armatoste que rompe con la vista armoniosa de la ciudad. Las personas que decidieron un día construir aquello, no querían Sevilla. Se excusan en la lejanía pero no es así, está cerca, muy cerca y queda mal.
Otra excusa, el Puente del Alamillo, eso sí que está lejos y además su estructura no es tan voluminosa como la de la Torre Pelli. Otro error que se une al de "las setas" en la Plaza de la Encarnación, cuya forma y estructura es más propia de la Cartuja que del Centro... y que la Hermandad del Valle sea lo primero y lo último que ve en su Estación de Penitencia...
Lo peor de todo no es que se construya, es que cree precedentes, porque si se construye una ¿Por qué no se iban a hacer dos?
Una pena, un manchón en esa preciosa vista de la ciudad que desentona enormemente.
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